El Estado independiente de Samoa está situado en el Océano Pacífico Sur y se asienta sobre varias islas. Durante mucho tiempo, su territorio fue colonia de varios imperios y estados, pero no obtuvo la independencia hasta 1962. La población del país es de casi 190 mil habitantes. Las lenguas oficiales son el samoano y el inglés. La forma de gobierno es la monarquía parlamentaria.

El Estado es miembro de la ONU y de la Commonwealth de Naciones. El pasaporte de este país otorga grandes ventajas a su titular. Por ejemplo, un ciudadano samoano puede

- permanecer en el Reino Unido durante 180 días;

- visitar los países Schengen sin visado y permanecer en su territorio 90 días.

Por recibir estos privilegios, el gobierno quiere recibir inversiones adicionales en su economía. Sin embargo, esta no es la única forma de obtener la nacionalidad o la residencia permanente en Samoa. A continuación se ofrece información al respecto.

Por nacimiento o descendencia

La nacionalidad samoana se concede a toda persona nacida dentro de las fronteras de Samoa Occidental a partir del 9 de agosto de 1972, independientemente de la nacionalidad de sus antepasados. La ciudadanía puede obtenerse en función del origen. Si la persona nació después de la fecha indicada, siempre que su padre fuera ciudadano de Samoa. Si la madre de la persona era ciudadana de Samoa, el lugar de nacimiento no importa.

Naturalización simple

Los ciudadanos de países pertenecientes a la Commonwealth británica pueden optar a la naturalización mediante un procedimiento simplificado. Para ello, deben cumplir unos sencillos requisitos

- vivir en el Estado al menos 3 años;

- no tener antecedentes penales en el país de procedencia

- saber samoano e inglés

- tener previsto seguir residiendo en el territorio del estado.

En caso de registro del matrimonio con un ciudadano samoano, su esposa recibe automáticamente la nacionalidad de este país.

Naturalización ordinaria

Cualquier extranjero, sujeto a varias condiciones, también puede adquirir la ciudadanía de Samoa. Estas condiciones incluyen:

- residir en el país durante al menos 5 años;

- no tener antecedentes penales en el país de procedencia

- saber inglés y samoano

- tener intención de seguir viviendo en Samoa.

La doble nacionalidad y su renuncia

Las leyes de Samoa no permiten la doble nacionalidad. La única excepción es el caso de una mujer que se casa con un extranjero y adquiere la doble nacionalidad. Un ciudadano samoano puede renunciar voluntariamente a ella. Para ello, debe acudir al servicio de control de pasaportes (o a una embajada en el extranjero) y rellenar los documentos pertinentes.

La nacionalidad puede ser revocada por la fuerza. Esto puede ocurrir en los siguientes casos

- deslealtad probada al país

- alistamiento en las fuerzas armadas de otro país;

- solicitud de pasaporte y derechos de extranjero;

- prestar juramento en otro Estado

- vivir fuera de Samoa durante más de 6 años sin intención de regresar.

Además, el gobierno puede revocar la ciudadanía si se demuestra fraude en su obtención.

Ciudadanía por inversión

Como ya se ha mencionado, el Gobierno samoano intenta atraer inversiones adicionales a la economía del Estado mediante la venta de la ciudadanía. Sin embargo, esta vía sólo es apta para ciudadanos adinerados, ya que el importe mínimo de inversión debe ser de 4.000.000 WST. Esta cantidad corresponde a 1.466.000 dólares a partir del verano de 2022.

La inversión se realiza en dos etapas. El primer paso consiste en depositar 1.000.000 WST, es decir, 366.000 $. Después de eso, el extranjero recibe un permiso de residencia permanente (residencia permanente). Luego deben pasar 3 años, tras los cuales el extranjero invierte la cantidad restante y tiene derecho a obtener la plena ciudadanía del país.

El proyecto de ley se presentó en el Parlamento samoano allá por 2015 y desde entonces ha sido una fuente constante de controversia. Por ello, periódicamente se le realizan diversos ajustes. Si decide adquirir la ciudadanía invirtiendo en Samoa, tiene sentido aclarar más la información con un notario o una oficina profesional, cuyos especialistas harán este trabajo por usted.